J4 – Uber Eats vs Copernicus

Goleada de un combinado prestamista que sacó mucha ventaja de la ausencia de un especialista en la portería de los repartidores. Aunque el inicio de Gonzalo Calderón prometía alegrías para Uber Eats, la pegada de los hombres de Copernicus les pasó por encima en esta cuarta prueba de la Liga Apertura.

El diluvio de goles que protagonizaron Uber Eats y Copernicus en las instalaciones del colegio El Recuerdo brindó los tres puntos a unos azulones que se desataron especialmente tras el descanso. Tras salir con mínima ventaja de una primera parte de vaivenes, los Alfredo García, Jesús Pozuelo, Alfonso Guillén y compañía subieron una marcha más, deseosos de reivindicarse tras unas primeras tres jornadas en las que sólo habían podido acumular un punto en el grupo 1 de la Liga Apertura. Los parches utilizados en el bando repartidor no fueron capaces de frenar la sangría.

El duro correctivo que acabarían llevándose a casa los jugadores de Uber Eats no correspondió con la buena puesta en escena que realizaron. Ésta llegó incluso a verse reflejada en el marcador cuando Gonzalo Calderón, a los 5 minutos, hizo pagar caro un exceso de confianza de Jaime Travesí en el despeje convirtiendo el 1-0 ante un Saúl Cabezón que estuvo cerca de salvar este mano a mano. Pero en vistas de lo que sucedió después, el primer tanto resultaría anecdótico, puesto que los contendientes se enzarzaron en un precioso intercambio de goles que parecía no tener fin. En un margen de 3 minutos, Copernicus consiguió voltear el encuentro, primero con Jesús Pozuelo encontrándole las cosquillas a los verdes a espaldas de su retaguardia e instantes después con Alfonso García en modo recuperador-goleador para establecer el 1-2.

Oficialmente, las espadas estaban en alto. Y si bien la conexión entre Álvaro Moreno-Luque y Gonzalo Calderón permitía el segundo tanto en las filas de Uber Eats, la respuesta de Copernicus era inmediata. Jesús Pozuelo armaba la pierna en la frontal y Alfonso García rebañaba el 2-3 en los últimos segundos del primer acto. Aun así, todavía hubo tiempo antes del descanso para ver una última ocasión de Gonzalo Calderón que dejó a los repartidores a centímetros del empate, con el larguero como claro culpable de que no llegase.

Sin embargo, Copernicus ya no volvería a dejar escapar su renta. Los prestamistas habían detectado las dificultades de Uber Eats para encontrar un portero de garantías y, mostrándose con el gatillo fácil, se descolgaron en el marcador. Una buena rosca de Alfredo Guillén instauró el cuarto gol en el conteo visitante, pero no conforme con ello repitió embocando el 2-5 que sacó los colores a los repartidores tras un disparo lejano.

Aunque el plan de Uber Eats estaba tambaleándose seriamente, el partido entró en una fase de locura que permitía pensar que cualquier guion era posible. Multiplicaron los verdes sus esperanzas en la remontada cuando Lucas Martín sorprendía incorporándose por banda izquierda para hacer el 3-5. El encuentro se sumía en una montaña rusa de emociones, puesto que en minutos casi consecutivos Jesús Pozuelo devolvía la ventaja de tres goles a Copernicus al contragolpe; Álvaro Moreno-Luque estrechaba el cerco tras un robo de Gonzalo Calderón que permitía correr a los locales; y la suerte se aliaba con Jaime Travesí para firmar el 4-7 al botar una falta desde campo propio que buscaba cabeceador en el área, pero encontró la peinada involuntaria de José de Pablo hacia su propia portería.

Cada remate de Copernicus hacía temerse lo peor a un cuadro local con las defensas muy bajas. Uber Eats presentó demasiadas ofertas para generarles peligro y, de un córner favorable a los verdes acabó llegando el 4-8, ya que un Borja Bruna letal al contragolpe no tuvo piedad. Al siguiente saque de esquina, al menos, los repartidores pudieron resarcirse y maquillaron su caída con el 5-8 definitivo de David Espitia, quien dejó un desmarque de muchos quilates para empujar la pelota a la red totalmente libre al segundo palo. La tregua llegó con el pitido final, consumándose la rebelión de un Copernicus que estrena a lo grande su casillero de victorias.