J5 – Rastreator.com vs Openbank

Partidazo el vivido anoche en el Luis Aragonés entre dos equipos alegres que no pararon de buscar la portería rival en todo el encuentro. Hubo de todo, incluso dos penas máximas, en el último choque de la semana.

Las emociones iban a ser fuertes, se preveía, y si no que se lo digan al meta local cuando nada más sacar. Roberto Medina cargó la pierna desde el centro del campo y lanzó un misil entre los tres palos que Esteban Moreno tuvo que repeler. No llegábamos a los diez segundos en el cronómetro y ya teníamos el primer “uy” de la noche. Nada mal para empezar.

Eso sí, el respeto entre ambos conjuntos era máximo, ambos querían golpear, pero el riesgo asumido tampoco dejaba ver ocasiones clarísimas, de esas que abren partidos y los conduce a la locura. Hasta que llegó el despiste de Openbank, que extravió un balón cuando buscaba construir en campo rival, y dio la oportunidad de correr a Rastreator. Y claro, Juan Miguel Belmonte no iba a desaprovechar el regalo cuando se vio completamente solo delante de Pedro Bustamante, toque de interior salvando al portero y balón para dentro.

Algo que, por minutos, noqueó a los azulones y dio alas a los blancos en busca de un segundo gol que les dotara de estabilidad. Pero ese gol no llegó, y los acercamientos se perdían lejos de los tres palos del meta visitante, que veía como, poco a poco, los suyos salían del trance para volver a meterse en la dinámica y el ritmo que el partido requería. Y los errores estaban en oferta, y Openbank, tras unos minutos dubitativos, estaban de vuelta para aprovechar un lío de Esteban Moreno. Guillermo Torrego intentó definir tras robar el balón cerca de los dominios del meta, que salió a por el bulto y se olvidó de que el balón seguía en juego, y ahí apareció Juan Antonio Quintana para empujarla libre de marca.

Ahora si habían vuelto, y en un saque de banda, Esteban Moreno salió de su portería para tratar de despejar con los puños, ante el tumulto de gente que había en el área, el meta no llegó y el balón voló hacia el segundo palo y otra vez, Juan Antonio Quintana completamente solo, con el rifle cargadito, la mandó a guardar para llevar a su equipo por delante al descanso.

El segundo acto entró en modo correcalles, y ambos equipos nos regalaron un duelo precioso. Las ocasiones caían para ambos lados, las defensas estaban más descuidadas y lo que importaba eran los goles. Y en una de esas jugadas donde la zona de cobertura blanca quedó despoblada, Jorge Puebla inició una conducción desde su propio campo para regatear a dos rivales y con el interior, suavecito y ajustado al palo, poner el tercero en el luminoso.

No se rindió Rastreator, que encerró a sus rivales durante gran parte de la segunda mitad, y en un ataque combinado, por banda izquierda, el balón terminó tocando en la mano de un defensor visitante y Jose Manuel, árbitro del partido, señaló penalti.  Juan Miguel Belmonte cogió carrerilla, resopló y la mandó para dentro sin pestañear. Los blancos estaban más vivos que nunca, y restaban 8 minutos para terminar.

¡Y qué 8 minutos! Electricidad pura, un ritmo endiablado y disparos de todos los gustos. Y por encima de todos, un nombre, el de Roberto Medina. El centrocampista de Openbank había cuajado un gran partido, pero fue en el tramo final cuando más destacó. Se cargó a la espalda la mochila de su conjunto e hizo suyo el Luis Aragonés, un recital de como comandar a un equipo. Tanto, que en la ultima jugada del partido, y con el modo todoterreno activado, recibió en la izquierda, se metió para dentro y le trastabillaron. Penalti. Y ahí fue el 21, sabiendo que era la última acción del partido, para marcar el 2-4 definitivo y llevarse el MVP del duelo. Porque sí, Roberto Medina merecía ese gol, de penalti o como fuera. Y su actuación final bien vale tres puntos.