EDP Renewables vs Iberdrola

Los visitantes tuvieron que remontar un tanto inicial de sus rivales para conseguir el triunfo final por 3-2 en un enfrentamiento muy igualado. A pesar de ir dos abajo en la segunda mitad, los visitantes no se rindieron y acabaron anotando un tanto que, aunque sirvió para meterle miedo a sus contrincantes, no dio pie a la remontada.

Cualquier campeón tiene que saber sufrir un poco. Es un tópico, pero una realidad, ningún equipo ha ganado nunca nada sin haber tenido momentos en los que su triunfo ha peligrado. La diferencia entre el rey y los que se quedan en el camino al trono es la resiliencia, y de eso Iberdrola demostró ir sobrado. Los verdes se midieron a EDP Renewables en un enfrentamiento en el que la igualdad fue la tónica dominante. Los locales llegaron a los últimos minutos un gol abajo después de empezar ganando y, aunque apretaron todo lo que pudieron y más, no fueron capaces de llevar la eliminatoria a penaltis.

El inicio del partido fue lento y sin muchas ocasiones. Ambos conjuntos estaban teniendo problemas para crear peligro en la portería rival, sin embargo, Iberdrola parecía estar un paso más cerca de estrenar el marcador. Carlos Olmeda tuvo dos buenas opciones de adelantar a los suyos, pero primero un remate demasiado complicado y después una buena parada de Eduardo Guillén, le denegaron el tanto al ‘11’ verde. La respuesta de EDP fue aun más contundente que el alegato inicial de los visitantes. Los locales aprovecharon su primera llegada peligrosa para adelantarse en el luminoso. En el minuto 11, Fernando Tarrío aprovechó un error de Álvaro Herranz en la salida de balón para definir a placer desde dentro del área.

La alegría de los chicos de EDP Renewables no duró demasiado. Los verdes apretaron el acelerador y encontraron el 1-1 a los 2 minutos de recibir el tanto. Carlos Núñez recibió una gran asistencia que le dejó sólo ante el portero. El delantero no falló y devolvió la igualdad a un resultado que ahora sí reflejaba lo que estaba ocurriendo en el césped. El luminoso ya no sufrió más cambios antes del descanso por culpa de la falta de puntería de ambos conjuntos. El partido, completamente abierto, reanudó su marcha en la segunda mitad con todo por decidir.

La primera gran ocasión de estos últimos 25 minutos fue para los visitantes. Los verdes volvieron a poner a prueba a un Eduardo Guillén al que se le empezaba a acumular el trabajo. EDP estaba cometiendo muchos errores en la salida de balón que estaban ayudando a Iberdrola a crecer en confianza. Así, finalmente, Adrián Pardo acabó instaurando el 1-2 de la forma más particular posible: con un gol olímpico. El ‘14’ tiró de pillería y de calidad para envenenar el saque de esquina y que este entrase por el primer palo con la colaboración del defensa que lo cubría.

El gol no hundió la moral de los locales, que quisieron imitar a sus adversarios en el primer tanto y devolver el golpe lo más rápido posible. Para ello contaron con dos buenas ocasiones, primero una de Miguel Ángel Hidalgo, cuyo golpeo con la zurda dentro del área se fue rozando la escuadra más lejana, y después con un remate poco ortodoxo que estuvo a punto de pillar desprevenido a Javier Ruíz, meta de Iberdrola. Sin embargo, EDP no aprovechó estas ocasiones y los visitantes le castigaron por ello. El 1-3, obra de Carlos Núñez de nuevo en un contraataque, parecía finiquitar el partido a falta de 10 minutos para el final, pero los locales aún darían guerra.

Pedro Trigo recortó diferencias con un golpeo desde el lateral del área que encontró el ángulo para colarse por el primer palo. El tanto dio esperanzas a un EDP Renewables que lo intentó, con más corazón que cabeza. De hecho, el equipo azulón estuvo a punto de conseguir la igualada en un golpeo de Pedro Trigo que se encontró con el larguero. Con la oposición del travesaño se esfumó la mejor ocasión de los locales para empatar e Iberdrola consiguió el pase a la final de la Champions de las Empresas, donde le espera Grupo Cobra dentro del sector Energía e Industria. Los chicos de verde ya han aprendido la lección más importante: para ganar, hay que sufrir.