Murillo Café reina en el Apertura al imponerse a Robert Walters

Murillo Café reina en el Apertura al imponerse a Robert Walters en una final memorable

En un duelo espectacular, Murillo Café dominaba por 3-0 en los últimos cinco minutos cuando dos goles de Manu Riveiro devolvieron la fe a un Robert Walters que creyó hasta el final pero vio como sobre la bocina Miguel Diniz dejaba el marcador en el definitivo 4-2. Acta del partido.

Final con mayúsculas, sin especulaciones, con dos equipos desatados al ataque, dos cancerberos espectaculares velando por la seguridad de sus arcos y gran animación en las gradas. Con Miguel Diniz siendo una pesadilla constante para la zaga de Robert Walters, con Manu Riveiro, fuertemente marcado por un Café Murillo sabedor de su calidad, queriendo siempre el balón y asumiendo la responsabilidad de su equipo cuando peor pintaban las cosas. Hubo un campeón, Murillo Café, hubo un subcampeón, Robert Walters, pero no hubo vencedores ni vencidos, hubo dos equipazos sobre el césped que brindaron un espectáculo extraordinario sobre el tapete verde de la Escuela Ces.

Tras el silbido inicial, ningún tópico de final salió a la palestra, lo que salió fue un Robert Walters en tromba que en los primeros minutos de juego tuvo dos claras oportunidades de inaugurar el marcador, pero un enorme Aitor Fernández sacó dos remates francos, pero algo forzados, de Carlos Afán, y luego repelió con una intervención antológica un zapatazo brutal de Riveiro desde su casa.

Pero Murillo Café, no estaba por la labor de refugiarse en la cueva y dejar pasar el chaparrón y pronto dio la réplica con otro espectacular disparo de Ezequiel Sánchez que obligó a Iván Bezares a volar sin motor y meter una mano salvadora que envió el balón a corner. Un saque de esquina tras el que llegaría el primer gol. A un balón cerrado, casi indefendible con destino segundo poste, el primero en llegar allí fue Miguel Diniz para meter la pierna y remachar a la red.

Solo se habían disputado cuatro minutos de final, los hosteleros estaban ya por delante y los consultores habían gozado de hasta tres oportunidades claras, pero el gol sentó mejor a los primeros y en los minutos posteriores, tuvieron más presencia ofensiva sobre el área rival. Un activo Daniel Colina remató fuera un balón suelto dentro del área y envió por encima del travesaño un libre directo centrado, pero algo alejado de la portería. Pero a veces, querer jugar el balón desde atrás, puede jugar malas pasadas y un error en la salida de Robert Walters, lo volvió a castigar con frialdad Miguel Diniz, para robar, deshacerse del guardameta y embocar el cuero por el poco ángulo que tenía poniendo el 2-0 a favor de su equipo.

Con la final cuesta arriba para los consultores, Manu Riveiro supo que era su momento, tenía que asumir la responsabilidad y no se escondió, la buscó, la encontró, la peleó y descerrajó un cañonazo raso que repelió con violencia el poste derecho de la meta de Aitor Fernández.

La respuesta, rápida y casi mortal, llevó la firma de Ray Betancourt de zurda y solo unos milímetros separaron el disparo del gol. El partido era una fiesta y todos querían aportar, de portería a portería, todos lo intentaron, Aitor Fernández vio adelantado a su homónimo y se la puso sutil, por encima, pero Bezares respondió, voló hacia atrás y sacó la mano para desviar por encima del larguero. No había tregua y sin solución de continuidad, el meta consultor tuvo que emplearse de nuevo a fondo para evitar que la final ya tuviera un asa ocupada, ante un buen chut de Ezequiel Sánchez.

A poco del descanso, Robert Walters supo que tenía que marcar antes del final del primer acto y se volcó en busca del objetivo. Otra vez Riveiro, que  no solo jugó, también hizo jugar y dejó en bandeja el gol a José Manuel Cabo que no acertó en la definición. Tampoco salió el plan B y con el tiempo casi cumplido, el balón colgado al corazón del área lo atrapó Aitor en dos tiempos. El marcador ya no se movió en los primeros veinticinco minutos y tanto Murillo Café como Robert Walters se fueron a descansar sabiendo que nada estaba ganado y que nada estaba perdido.

En la reanudación, los cafeteros no quisieron esperar para sentirse campeones, quisieron sentenciar por la vía rápida y ahora quien encontró madera fue Ezequiel Sánchez y el posterior cabezazo de Dávid Márquez encontró un pie salvador del guardameta, que sumó otro paradón a su colección para salvar un disparo de Rodrigo Oteyza. Pero tras una cesión y en otro minuto cuatro -ahora del segundo acto-, llegó el tercero. Un libre indirecto en el mismo borde del área pequeña no lo desaprovechó Guillermo Teixeira para golpear con potencia y enviarla a guardar. 3-0 y final casi sentenciada… o quizás no.

Murillo Café quiso dormir el partido tocando con paciencia desde su zona de zagueros, en cambio Robert Walters solo pudo agarrarse a una opción, la heroica y los consultores aceptaron el reto. Desde la banda se pedía presión, el partido era un ida y vuelta y sabedores de que un gol rápido los reengancharía a la pelea. Pero la empresa tenía sus riesgos y pudo sentenciar Diniz tras un espectacular recorte, pero falló, la envío fuera cuando todo el mundo cantaba el gol.

Los minutos seguían pasando, muy rápido para unos, muy despacio para otros, pero mientras hubo vida, hubo esperanza y guiados por una afición extraordinaria que nunca dejó de animar a los suyos, a punto estuvieron de guiarles directamente hacia el milagro. La primera piedra llegó a través de un penalti que Manu Riveiro no falló y transformó con frialdad, paradiña incluida. Luego robó, ganó la línea de fondo y la enchufó de zurda para hacer el 3-2.

Había final, la grada enloqueció y Robert Walters creyó. Pero enfrente, había un equipazo, Murillo Café, que no se encerró a defender lo que tenía. Se hizo dueño del balón y con oficio la tuvo, evitó que su rival ni siquiera pudiera soñar con una ocasión que llevara la final a los penaltis y acabó el partido buscando el área rival y quién si no, Miguel Diniz cerró el duelo elevándose por encima de todos y cabeceando como mandan los cánones al fondo de las mallas. 4-2 y Murillo Café levantó el título que lo acredita como campeón de la Segunda División de Oro del Torneo Apertura 2017-18. Con cada uno levantando su merecido trofeo, todos quisieron aparecer en el mismo marco, juntos y celebrando una final absolutamente memorable con una foto para el recuerdo. Todos sois campeones. Enhorabuena.